Proyecto El Rincón de Malinalco: noticias de archivo de 2008-2009

 


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Habitantes de Malinalco colocan flores y veladoras en el altar de Día de Muertos dedicado a los migrantes que fallecieron en Estados Unidos

   

El equipo de Proyecto El Rincón/Corner Project termina el 2007 casi sin aliento por tanto crecimiento vivido y tantas actividades desarrolladas a lo largo del año. No obstante, se encuentra muy contento por los avances logrados y ya iniciando preparativos para dar el siguiente paso en su trabajo. El hecho de haber puesto nuestra primera oficina en la calle principal de Malinalco en el mes de enero de 2007 dio a Proyecto El Rincón una presencia más visible nuestra presencia, y eso hizo que un mayor número de gente de Malinalco se acercó en búsqueda de ayuda, a la vez de que la ofensiva del gobierno estadounidense contra los migrantes provocó intensa actividad para todas las organizaciones que ofrecen apoyo a los migrantes y sus familias.

Recibimos muchas solicitudes de ayuda de familias en búsqueda de familiares migrantes no localizados; una situación difícil en términos generales, ya que el número de personas detenidas en cárceles y centros de detención estadounidenses es creciente y cambiante. También nos buscaron familias con necesidad de asesoría y ayuda con las comunicaciones cuando tuvieron que traer de regreso a Malinalco los restos de sus hijos, hijas, padres y esposos fallecidos en accidentes de carretera o debido a peligros en el empleo como el uso de plaguicidas y maquinaria insegura. Y nos buscaron abuelos solicitando orientación para que sus nietos traumatizados no abandonaran la escuela durante los largos periodos de ausencia de sus padres o madres, y de mamás que se esfuerzan a brazo partido para criar a sus hijos sin presencia de sus marido, buscando asesoría y apoyo con las comunicaciones cuando sus esposos cayeron enfermos o por otra infinidad de motivos generados por las dificultades de trabajar varios empleos para sostener a sus familias, al mismo tiempo que tratan de cumplir con el objetivo más frecuente de nuestros migrantes: poder ahorrar lo suficiente para regresar a Malinalco y construir un hogar familia.

En medio de estas tragedias y estrés, nuestro equipo experimentó la satisfacción incomparable de poder proporcionar ayuda donde más hacía falta. A continuación ofrecemos algunos de los sucesos más relevantes del año pasado:

•  Enero 2007 marcó nuestra primera celebración del Día del Migrante Mexicano, y asistieron miembros de la comunidad de todas las edades a los talleres que ofreció nuestro equipo de artesanos (que incluye dos migrantes regresados de Estados Unidos) sobre la talla de madera a mano que seguimos desarrollando para la exportación y para vender localmente, esto como una fuente alterna de ingreso para la comunidad. Lourdes García-Navarro de la Radio Nacional Pública de Estados Unidos se unió a nuestra celebración en la que entregó un cheque por 1,500 dólares para Proyecto El Rincón, producto del “Premio Daniel Shorr” en reportaje que obtuvo con su serie de reportajes sobre las familias y niños de los migrantes de Malinalco.

• Por la primavera iniciamos un nuevo programa para hijos de migrantes, ofreciendo apoyo académico y talleres de artesanías para estudiantes de secundaria en nuestro nueva oficinita (que pronto quedó desbordado).

• Enseguida, lanzamos un programa de verano innovador para hijos de migrantes, en colaboración con la secundaria más céntrica de Malinalco, donde la asesoría que se prestó a todos los niños participantes y algunos familiares suyos, y el enfoque en el desarrollo de autoestima y habilidades sociales, generó resultados impresionantes para varios de los niños con problemáticas mayores (uno que había sido expulsado logró inscribirse nuevamente con nuestra ayuda, y recientemente le otorgaron un reconocimiento escolar por sus avances; otros subieron sus calificaciones y acreditaron cursos que habían reprobado). Los niños participantes recibieron un curso de inglés, asesoría en matemáticas y —su favorito— una clase en tallado tradicional de Malinalco impartida por los maestros talladores Gary Monroy y Jaime Flores.

• En el verano, a solicitud de la Fundación San Carlos de Berkeley, California (una organización sin fines de lucro que desde 2005 ha financiado un estipendio que facilita que Ellen Calmus, coordinadora de Proyecto El Rincón, dedique sus esfuerzos de tiempo completo a este trabajo), Proyecto El Rincón fue anfitrión de un estudiante pre-universitario de Ohio, cuya iniciativa en trabajo de derechos humanos inspiro al vice presidente de la Fundación San Carlos, Martin Sheen, a buscarle una experiencia práctica en una comunidad del Tercer Mundo como la de nosotros. Kyle y su amigo Ashley vinieron a hacer una residencia en Proyecto El Rincón para aprender español a la vez de que apoyaban a los niños en nuestro programa de verano y ayudaban a la maestra de la clase de inglés. La experiencia del verano que Kyle y Ashley pasaron en Proyecto El Rincón fue tan exitoso que nos gustaría hacer un futuro programa de residencias una parte de nuestro programa de verano para los hijos de migrantes.

• Cuando Albertina, quien recientemente quedó viuda de uno de los migrantes de nuestra comunidad en California (murió arrollado por un coche cuando andaba en su bicicleta), decidió unirse con Irene, la esposa de un migrante no localizado, para ver qué tipo de artículo de tela podían crear y que pudiéramos comercializar por ellas, terminaron por crear un hermosa bolsa de tela de presentación para nuestros broches y aretes, ¡naciendo así otro proyecto de El Rincón para generar ingresos!

• La diócesis de Toluca solicitó a Ellen que sirviera como asesora sobre temas migrantes, enviándola como representante a un taller celebrado en Tijuana, Baja California. Luego la diócesis patrocinó un taller en Toluca que organizamos en el mes de septiembre, impartido por Vladimiro Valdés, sj., y María Canchola del Servicio Jesuita a Migrantes, con el fin de capacitar un grupo de religiosos y laicos de varias parroquias para poder ofrecer apoyo a los migrantes y sus familias.

• En octubre, un amigo economista que había venido a Malinalco en el otoño de 2006 para una de las breves residencias de El Rincón recibió grandes noticias: Roger Myerson había ganado el ¡premio Nobel en economía! Roger se había hecho amigo tanto con el historiador de Malinalco y el planificador urbano del gobierno municipal quien ofreció charlas sobre la historia de nuestra zona y su cultura política, como con los artesanos participantes en nuestro proyecto para generar ingresos y los niños con los que jugueteaba en el escalón de una tienda local.

• Para el Día de Muertos, el equipo de Proyecto El Rincón construyó una ofrenda en la iglesia principal de Malinalco, dedicándola a los migrantes de nuestra comunidad que habían fallecido en Estados Unidos. Después de la misa especial que celebró el párroco y durante los cuatro días que duró el altar en la iglesia, éste fue punto central de un emotivo homenaje de parte de los habitantes de Malinalco, que depositaron flores, veladoras y ofrendas tradicionales de panes y frutas.

• Proyecto El Rincón fue invitado a ser organización socia de PiLA (Princeton en América Latina), un programa de la Universidad de Princeton que otorgará un año de beca a un estudiante recientemente graduado para que se una al equipo de Proyecto El Rincón a partir del próximo verano.

• A unos meses de haber abierto nuestra primera oficina, el crecimiento que Proyecto El Rincón experimentó en todos sus aspectos —creciente demanda para nuestros servicios, creciente número de proyectos, nueva gente que se unía a nuestro equipo— nos dejó clara la necesidad de más espacio para funcionar. Y sucedió que en ese momento quedó disponible el lugar perfecto justo cruzando la calle principal donde se ubicaba nuestra primera oficina, con un espacio seis veces mayor, incluida un área privada para la asesoría que se transforma cada vez más en uno de los aspectos más importantes de nuestro trabajo, un segundo piso ideal para los talleres de nuestros artesanos, una cocina y un baño (del que carecía nuestra previa oficina, una desventaja fuerte especialmente para las madres con niños pequeños). Estamos verdaderamente emocionados para dar inicio a este nuevo año con un espacio que permita a Proyecto El Rincón crecer, y en este momento nos preparamos para abrir nuestra nueva oficina, lo cual coincidirá con la celebración del Día del Migrante Mexicano el 13 de enero de 2008 .

• A unos días de esta redacción, los productos de nuestros artesanos estarán en exposición en la página electrónica del importador de productos de comercio justo One World Projects, de forma que ahora será posible para nuestros amigos en Estados Unidos adquirir los famosos broches del Águila de los Migrantes de Malinalco, aretes de maztuerzo y mascadas tejidas a mano.

No obstante todos estos elementos positivos que felizmente podemos agregar al curriculum vitae de Proyecto El Rincón, nada ha sido tan profundamente satisfactorio como haber podido ayudar a una familia a localizar a un esposo o una hija migrante desaparecida, o un padre o un hijo; como sucedió en el mes de mayo cuando localizamos al esposo desaparecido de una mujer de nuestra comunidad. Finalmente le encontramos en el centro de detención de migrantes en Fort Stewart, Georgia, y, después de considerable negociación, nos fue posible utilizar nuestra línea telefónica por internet para poner en contacto a la madre de la pequeña Cynthia, a la propia Cynthia y a su padre.

De hecho, fue Cynthia la que ayudó a que ello sucediera, cuando Irma, su madre, nos dijo —después de días tratando de ver cómo comunicar a Cynthia con su padre a través de un sistema de comunicación opaco y caro que permite a los detenidos comunicarse mediante la compra de tarjetas telefónicas que en muchas ocasiones los migrantes no pueden pagar— que a Cynthia se la había ocurrido la idea que su padre se había muerto, y nadie podía convencerla de lo contrario. Ellen estaba tan horrorizada que abandonó sus intentos de establecer una forma de llamar mediante ese sistema confundidora de telefonía pagado y simplemente se puso a llamar en nuestro teléfono de internet, el mero director de Fort Stewart para preguntar si no podría ayudar a que concertáramos una llamada con uno de sus detenidos, para que esta pequeña que pensaba que su padre se había muerto pudiera hablar con él.

El director de Fort Stewart respondió que con mucho gusto ayudaría, y mejor aún su secretaria explicaría a través de una madeja de subalternos y directores de unidad de ese enorme complejo cuál era la persona con quien teníamos que hablar, de forma que pudiéramos localizar a la persona encargada de la unidad donde se encontraba el padre de Cynthia y poderlo poner al teléfono al momento en que recibiera la llamada. Uno podía ver en el rostro de esta pequeña y su madre, que mostramos en el recuadro, lo que significó para ellas poder hablar con este migrante de nuestra comunidad que se había encontrado desaparecido.


Cynthia hablando desde Malinalco con su padre en Fort Stewart, Georgia

Una nota interesante de esta historia fue que tanto el director de Fort Stewart como el guarda encargado de su unidad en ese complejo nos agradecieron por hacer esto posible, señalando que, en el contexto generalmente difícil en el que trabajan, verdaderamente agradecieron la oportunidad de poder hacer algo positivo.

Aunque esto fue gratificante, no fue del todo sorprendente. El debate sobre la política migratoria de Estados Unidos se ha polarizado a tal punto que es muy sencillo concluir que no existe manera de encontrar soluciones aceptables ante las posturas tan divergentes que representan las opiniones sobre esta problemática. Sin embargo, la experiencia que tenemos en Malinalco encontrando soluciones prácticas al problema humano que surge del dilema de la migración humana sugiere que de hecho hay mucho lugar para la esperanza. Hemos encontrado que la aplicación de un poco de simpatía y comprensión, un poco de sentido común, y una buena medida de la creatividad de nuestra comunidad, ha producido una serie de proyectos y programas que responden de forma factible a las necesidades y recursos locales, de manera que comienza a hacer una diferencia en la vida de la gente.

Y, ¿por qué no reemplazar las reglas de los centros de detención que fragmentan las familias, y diseñar políticas más humanas que ayuden a los migrantes a mantenerse en comunicación con sus familias hasta que puedan reunirse nuevamente?; ¿por qué no ayudar a los hijos de los migrantes en sus comunidades de origen en México para que no abandonen la escuela mientras aguardan a que sus padres o madres regresen?, y ¿por qué no ayudar a nuestros artesanos talentosos para que desarrollen sus encantadoras artesanías en sus comunidades que tanto aman, y las puedan exportar a mercados con alto poder de compra donde sienten aprecio por su trabajo, de forma que cuenten con una verdadera opción para contar con medios de vida que les permitan vivir decentemente en lugar de irse al Norte para cruzar la frontera y hacer trabajos poco calificados, agotadores en condiciones peligrosas cuyas consecuencias es un creciente número de viudas y huérfanos en comunidades como la nuestra?

Hasta ahora nuestra experiencia nos ha enseñado que incluso en medio de la tragedia que generan nuestras fallidas políticas fronterizas, ¡hay mucho que puede hacerse para ayudar a las personas más severamente afectadas! Seguimos encontrando muchas fuentes de esperanza en los resultados de nuestro trabajo en equipo con la magnífica comunidad malinalquense y en la ayuda que proporcionan los amigos aquí y en el Norte cuyo aliento y apoyo a este trabajo continúa contribuyendo a que tanto se puede hacer.

 

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